Como he dicho en anteriores opiniones, la sociedad está equivocada al definir a un escritor. Aquí en España, nos creemos que un escritor es aquel que vive de su escritura, el que ha publicado cuatrocientas mil ediciones de su libro y lleva un ferrari como coche. Desde ya os informo, de que yo conduzco un hyundai de diez años, apenas sobrepaso a las ciento cincuenta mil visitas con mis relatos y que para cenar prefiero huevos con patatas a caviar... Ser escritor es un camino duro y mal recompensado.
¿Por qué entonces merece la pena esforzarse? Por la misma razón que aunque nunca nos lleguen a fichar para el real Madrid, nos gusta ir a jugar un partido con los amigos el fin de semana. Nos nace.
En mi experiencia, diré que me parecía el camino lógico a seguir. Cuando descubrí la lectura, me atrapó de tal modo que veinte años después aun me tiene enganchado. Siendo niño volé con dragones, participé en guerras y resolvía crímenes a diario. Descubrí el amor, el honor y la amistad de cien maneras diferentes. Creí en lo imposible porque descubrí que sin esperanza, todo está perdido. Viví los sueños de los escritores como ellos los tenían guardados.