Supervivencia

Hoy tenía dispuesto un momento flash bastante original, sobre un artículo que leí en el periódico esta semana. Me apetecía mucho escribirlo y compartirlo con vosotros, hasta que leí otro que sacó lo peor de mí. El titular era "Ojala que se extingan los escritores" del profesor Gonzalo Pontón Gijón. (Podéis encontrarlo en http://blog.udllibros.com/wp-content/uploads/gonzalo1.pdf


En el mismo, habla sobre la perdida de la "buena" literatura ante la cantidad impresionante de escritores que se buscan la vida en este oficio. El choque generacional del libro frente a los medios electrónicos y la perdida de calidad literaria en función de escribir libros menos buenos, pero más rentables. También (Y aquí me tocó la fibra sensible) sobre que debería desaparecer la profesión de escritor, para ser solo una dedicación parcial por aquellos que les nazca.



Si claro. Como si dedicarle media hora al día después de trabajar, consiguiese que tus palabras fuesen muchos mejores que dedicándoles el tiempo que se merecen. Es decir... ¿En que estaba pensando cuando escribió todo esto?



Lo primero me viene a la mente es corregir ese apunte que (cito textualmente) "al usar un ordenador hay que pensar menos -o simplemente pensar- antes de ponerse a escribir". Un bolígrafo sirve para escribir en cualquier clase de papel, una maquina de escribir para un folio en blanco y un ordenador para hacerlo en la pantalla. Todos son métodos válidos a la hora de expresarse. Con la diferencia que en el último, a lo mejor se cuida un poco más el medio ambiente y no se tienen trescientas páginas en sucio para una novela de solo cien... Llegados a este punto, descubrimos que son meras herramientas del escritor, y si bien la idea de usar una u otra depende de uno mismo, no resta ni añade calidad al trabajo en si.


En su artículo también asegura que se asimila todo mejor de un libro que de un ordenador, sin embargo no es cierto tampoco. La mejor manera de asimilarlo no es en un formato u otro, sino queriendo aprender lo que lees. Tenemos un acceso casi infinito a cualquier dato que podamos llegar a imaginar, sin embargo, tenemos que tener la necesidad de querer acceder a él. Hay personas que saben moverse por bibliotecas como si fuesen su propia casa, navegan entre los libros como si anduviese con antiguos compañeros y se siente cómodos entre ellos. Otros por contra, prefieren el formato electrónico. Las ventajas de tener su propia biblioteca particular en su propio móvil para ellos no tiene precio. Ese tipo de personas se mueven por la red como si las páginas estuviesen vivas y en su interior, pudiesen encontrar la respuesta a cualquier pregunta.


Creo que lo que usted intenta decir al nombrar a la sociedad como "seres intelectualmente más indigentes" es que al tener acceso desde cualquier punto a la información, no necesitamos memorizarla. ¿Para que recordar una receta si puedo acceder a ella desde mi portátil? Pero pasa igual si tenemos el libro ¿Para que memorizar los datos si siempre puedo abrirlo y leer?


Mi parte preferida, "Cuando los escritores se hayan extinguido". Habla de buena literatura y la saturación actual en el mercado, de las miles o millones de personas que quieren escribir "¿Y si aparte de escribir me gano un pellizco?" pues mejor ¿Por qué no intentarlo?. ¿En serio cree que lo que usted dice mejoraría la literatura? A mi parecer... no. Oye, eso si, la gente con tiempo libre no tendrían que competir por los que quieran vivir de su vocación.


Como todo en pleno siglo XXI, la escritura evoluciona. Los libros van a dejar el papel para ser solo caracteres informáticos en miles de terminales. No son los escritores los que deberían extinguirse, la vocación de escritor es algo a tener muy en cuenta. Deben ser los lectores los que hostiguen a estos profesionales pidiendo más y mejor. No hablamos de contratos, no hablamos de vocación, hablamos de literatura. No solo tienen derecho a escribir los que les nace, sino también quien desea contar algo, quien necesite ser escuchado o tan solo quien quiera probar.


Siempre se ha dicho que hay que hacer tres cosas antes de morir. Plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro. Todos queremos escribir, por que soñar está en nuestro ADN. Todos queremos contar algo increíble que para nosotros es especial. Puede que no todos seamos capaces de lograrlo con la misma profesionalidad, pero sin lugar a dudas todos tenemos el mismo derecho. Y quien quiera cobrar por ello y arriesgarse, es como aquel que sin saber hacer bien muros se mete a albañil. Que mira que no teníamos el mercado abarrotado que ha hecho Buum.


Ya para finalizar solo quiero regalarle un apunte ¿Le suena el refrán "Más hambre que un maestro de escuela"? Cuando en España la educación no estaba sistematizada, sólo los pudientes o los que se iniciaban en el clero eran capaces de alcanzar una formación elevada. Al organizarse el acceso popular a la educación, los maestros que trabajaban para el estado no percibían una remuneración importante, hecho que se extendió hasta el siglo XX, con excepciones. Tal vez colaboró con esta injusta situación la idea de asociar la docencia con una fuerte vocación de servicio, por lo cual se ha creído que quien la ejerce lo hace por amor, sin pretender un salario digno.


Así que mi pregunta es... ¿Cuanto ha dicho que cobra? :-)

3 comentarios:

  1. Ooooh... Acabo de pasar por el enlace que dejaste del tal Gonzalo Pontón y de solo ver la enorme cantidad de palabras apretujadas y sin sentido que escribió me desanimé de seguir leyendo. No sé a cuento de qué este señor se expresa de esa manera en el título, pero si lo hizo para llamar la atención, lo logró, aunque dudo mucho que la audiencia que consiguió de esa manera termine de leer y comprender sus ideas contradictorias.

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  2. Hace poco me compre un ebook electrónico, no fue mas capricho que necesidad. Cualquiera que ha visto mu casa puede atestiguar la cantidad de libros que tengo, tanto en las baldas, como en cajas ya subidas al camarote. El ultimo recuento anda cerca de 700, pero ya he dicho, me compre el tan esperado ebook. Gracias un programa, he logrado crear una biblioteca de 538 libros, y tengo mas pendientes. Todos los dias miro los libros que hay en ofertas, los mas vendidos, etc para saber cual estaría bien y de cual puedo prescindir.
    Ayer, cosa insólita desde hace un tiempo, me pasé por la casa del libro (las buenas costumbres son difíciles de abandonar). Mi mayor sorpresa fue cuando entre por la puerta y una dependienta estaba montando el escaparate del nuevo libro de J.N. que salía ayer a la venta. Emocionada, leí el resumen y me fije en el precio; 22.70
    Con pesar, deje el libro y me adentré en la tienda, no sin echar miradas por encima del hombro y asegurarme que no se lo iban a llevar. Pero según avanzaba, me fije que tenía ocho libros mas pendientes de comprar, a parte de la gran autora J.N. Mi desazón aumentaba según iba calculando el precio de los libros, sagas empezadas en papel y que tengo tanto aprecio que me gustaría cogerlas en papel. Así que empecé a sumar; 22,70 + 16 +17 + 17,95 + 17,95 + 12,35 + 15,95 + 21,95 + 17,95.... y no acaba ahí, porque vi de reojo un de mi autora favorita nuevo, asi que abrí que añadir 5 euros mas. (edición bolsillo, menos mal)El cuerpo comenzo a temblar cuando vi la friolera de 159 euros... No caí de espaldas de la impresión porque iba acompañada y me sostuvieron. 159 eruos... Si me ebook costó menos...
    Asi que perdone la ignorancia de una simple compradora de libros desde hace 17 años, cuando tenía 13. Pero para que voy a pagar ese dinero pudiendo descargarlo por mucho menos?
    El verdadero problema de los autores no es que tengan que trabajar por amor al arte. El verdadero problema radica en que si hay que pagar a un autor una millonada por su obra, no deje de nombrar la distribuidora de la obra, la agencia literaria, la editorial, las librerías, los camioneros que transportan los ejemplares, las traducciones, el equipo creativo y diseñadores de la portada. Ya puesto, las clases en la universidad o en algún seminario al que haya ido, y entre ellos los profesores que les han ayudado, y pídales a todo ese equipo de atrás, que solo escribe por amor al arte...Quizás, usted, Gonzalo Pontón, trabaje por amor al arte, pero deje que dude que sea así, puesto que a usted le da igual si sus alumnos escriben por amor al arte o lo hacen por dinero, mientras que a final de mes, le llegue bien el cheque del centro docente donde enseña.

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  3. Ayer leí el tema, incluso inicie un ataque de acoso y derribo, pero para mi desgracia, se me cruzo otro tema, de Salud, y estoy casi por pasar del tema; Debo de haberme vuelto "Protestante," porque no ando nada "Católico".
    De todas maneras en cuanto pueda, igual hoy mismo a lo largo del día, haré algún comentario, un poco mas que critico.
    Cuenta con mi apoyo amigo Gael, creo que este señor en vez de hablar balbuceo, pero aun así, me siento un poco salpicado de sus babas, y eso, a mí por lo menos me ofende, y mucho.
    Cuente conmigo para lo que haga falta, contra este. . . Personaje.

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