En honor a una de mis series preferidas hoy tenéis una breve escena de esta increíble pareja. Yo lo voy a dejar aquí, pero si alguien decide animarse y continuarla que me la mande y la incluiré con una enorme sonrisa. ¿Os imagináis hacer todo un capítulo de Doctor Who? Es vuestra oportunidad de ayudarme je je je je
El color blanco del psiquiátrico inducía a la tranquilidad. El sonido, sin embargo, de un destornillador sónico irrumpía la quietud del lugar haciendo que los pacientes observasen inquietos a un hombre de mediana edad, con traje a rayas y una corbata negra.
—Tiene que estar aquí —anunció el Doctor, como se hacía llamar, a medida que buscaba algo que nadie más veía entre las paredes—. Según el informe tiene que estar justo…
La frase quedó cortada cuando un sonido a su espalda le hizo saber que se abría una puerta. Por ella salió un hombre idéntico a él sudoroso y jadeante.
—Hazme caso, deja de hacer lo que estás haciendo y vete de aquí.
Dona, la pelirroja y malhumorada compañera del doctor, echó un vistazo al sujeto antes de anunciar con voz gritona.
—¡No te atrevas Doctor! Bastante tengo con uno para encima aguantar a dos.
—Pero de qué te quejas ¿No has visto lo guapo que es? —bromeó el hombre acercándose a su clon a la par que guardaba su destornillador sónico en la chaqueta—. Sí, eres mi yo del futuro —prosiguió, como si aquello fuese lo más normal del mundo para él—, así que dime ¿se puede saber por qué me tengo que ir de aquí?
—Porque has venido debido a una fluctuación térmica iniciada en este castillo donde se dice que el rey Arturo gobernó Camelot en el año XII y esperabas encontrar…
—Un espiliargo de Gongrey —prosiguió el Doctor con la que era su teoría—. Se hacía llamar Merlín y es una oportunidad única para…
—Sí, sí, para ver a los de su especia –continuó el Doctor del futuro impaciente—. Pero fíjate. ¿Te parece esto Camelot? Es un psiquiátrico y no es el año XII sino el siglo XX. ¡Despierta! Por eso te digo que tienes que irte. Vete a Camelot o a Surehein, ese planeta tan bonito del sistema solar de Ajencis. Dicen que en esta época del año es impresionante. A cualquier sitio lejos de aquí.
—¿Pero no se supone que no podéis alterar vuestro pasado? —preguntó Dona curiosa examinando a uno y a otro e ignorando la preocupación con que hablaba el ser del futuro—. Siempre me andas diciendo qué cualquier relación con mi yo podría…
—Lo sé, Dona, lo sé. Pero hay ocasiones…
—En las que está bien que uno mismo se avise —continuó el Doctor del pasado.
—Ante la posibilidad de crear una catástrofe a nivel mundial que pueda afectar a todo el universo conocido —terminó el segundo Doctor mirando a su gemelo a los ojos.
El Doctor del futuro suspiró de pronto.
—Vale, acabo de caer en cuenta que eso es precisamente lo que oí, bueno, en este caso lo que dije, para avivar mi curiosidad.
—Sí, así es —afirmó el Doctor del pasado.
En ese momento Dona se dio cuenta de un pequeño detalle.
—Si ese es tu yo del futuro, que acaba de entrar por esta puerta y ha salido para avisarnos ¿por qué no estoy yo? ¿Dónde está mi Dona del futuro, Doctor? ¿Me quieres decir que le ha pasado? —los gritos de la chica eran estridentes, nada a lo que ambos doctores no estuviesen acostumbrados.
—Tranquila Dona —aseguró el Doctor del futuro—. Esta vez no te pasará nada siempre y cuando ninguno de los dos toque el…
La explosión provocó que una avalancha de piedras separase a Doctores del pasado y futuro sin poderlo evitar.
—¡¿Qué no toquemos el qué Doctor?! —chilló Dona a las piedras como si pudiesen contestarla.
Nadie la respondió. Cuando se volvió hacia el Doctor, estaba pálida.
—Voy a morir aquí dentro.
—No pasará nada, yo te protegeré —aseguró el hombre sacando el destornillador sónico y analizando el lugar por el que había venido el doctor del futuro—. Podemos estar a salvo mientras que no toquemos lo que dijo.
La chica le miró anonadada con la boca abierta.
—¿Pero qué fue lo que dijo que no podíamos tocar? —preguntó casi al borde de la histeria.
—No lo sé… —respondió su amigo con un encogimiento de hombros—. Pensé que tú le estabas prestando atención a esa parte. Es tu vida la que está en juego.
—¡Doctor… —amenazó la chica—. No quiero morir aquí dentro ¡y si muero mi fantasma te perseguirá y te comerá el cerebro mientras te mete ese destornillador por donde te quepa!
—Una imagen muy gráfica —aseguro el hombre mientras se introducía por el pasillo—. No tengas miedo, recuerda que salgo vivo de esta; así que no puede ser tan grave.
—Tú sí, pero ¿y yo? ¿Y si es grave para mí?
Por un momento dudó, podía quedarse allí y permanecer a salvo o seguir al Doctor que ya se había internado por el pasillo sin pensar un instante en su seguridad. Lanzó un grito de frustración mientras se internaba detrás de él odiándole como siempre…
Ja ja ja ja ja ja ja
ResponderEliminarMe encanta Doctor Who!!!!
Y me encanta la escena que has planteado. Me imagino a David Tennant y a Catherine Tate en la escena, grandiosa!
Felicidades Gael, se nota que puedes llegar a ser tan friki como el mas friki serie adicto y encima, sobresalir escribiendo sobre ello.
Esta muy bien, yo amo Doctor Who, pero la otra temporada. No se quien es Dona, siempre conocí a Amy Pond como acompañante y a Rori. Pero esta muy bien, tal y como lo explicaste, se parece mucho a lo que pasaria en la serie. Deberias continuarla, ;)
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